En Sevilla a un sevillano,

siete hijos le dio Dios;

y tuvo la mala suerte,

y tuvo la mala suerte,

que ninguno fue varón.

 

La más chiquitita de ellas,

la llevó la inclinación

de ir a servir al rey

de ir a servir al rey 

vestidita de varón.

 

No vayas, hija, no vayas

que te van a conocer;

tienes el pelo muy largo

tienes el pelo muy largo

y dirán que eres mujer.

 

Si tengo el pelito largo

madre, córtemelo usted,

y con el pelo cortado

y con el pelo cortado

un varön parecere.

 

Y al subir al caballo

la espada se le cayó

por decir „maldita sea"

por decir „maldita sea"

dijo „maldita sea yo".

 

Siete años estuvo en guerra

y nadie la conoció,

solamente el hijo del reysolamente el hijo del rey.